Érase una vez una chica joven que quería trabajar como azafata de vuelo en una compañía aérea. Le fascinaba viajar y conocer lugares lejanos, exóticos, culturas diferentes a la suya, y vivir experiencias únicas. Pensó que aquel trabajo iba a colmar todas sus expectativas y decidió averiguar qué tenía que hacer para conseguirlo.
En aquella época, ella vivía y estudiaba en una ciudad cerca de Alicante. Un día se fue a la capital para visitar algunas academias de formación para obtener el Certificado de Tripulante de Cabina de Pasajeros. Encontró varias academias, pero en todas ellas le dijeron que el precio del curso rondaba los 3.000 euros, un dinero que ella no tenía ni tampoco podía conseguir, así que descartó la idea.
No obstante ella era una mujer tenaz y no se rindió fácilmente; también averiguó que había compañías aéreas como Air Nostrum que, una vez pasada la fase de selección, te formaban directamente como auxiliar de vuelo sin tener que hacer un curso externo adicional ni pagar los 3.000 euros. Nuestra protagonista decidió entonces probar suerte en estas compañías aéreas que te formaban directamente, ya fueran españolas o extranjeras, y empezó su largo proceso de envío de currículum, fotos y solicitudes varias para lograr el trabajo deseado.
Un año más tarde, después de haber escrito y enviado casi cien solicitudes y habiendo hecho algunas entrevistas de trabajo en Valencia y Barcelona sin éxito, decidió apartar su sueño de volar y centrarse en su trabajo y sus estudios, aunque seguía deseando conseguir sus alas. “Tal vez ese trabajo no sea para mí”, se dijo a sí misma intentando quitarse la idea de la cabeza.
Pasaron dos largos años, una boda de por medio, varias mudanzas y algún que otro cambio de trabajo. Ella ahora trabajaba en un Call Center en Mallorca que daba servicio a varias compañías aéreas, como Spanair, Lufthansa, SAS, Austrian Airlines, etc. Por lo menos estaba en contacto con la aviación, aunque sólo fuera porque la oficina estaba junto al aeropuerto, en Cala Estancia, y desde la ventana podía ver despegar y aterrizar aviones. Además de su trabajo a jornada completa, ella había vuelto a la Universidad y estaba estudiando Psicología, una carrera que siempre le había atraído.
Una mañana que tuvo que ir a la ciudad a hacer recados, ella aparcó su coche en un lugar inusual, donde no solía aparcar, pues había bastante tráfico y no era fácil encontrar aparcamiento. Y al salir del coche vio que había una academia justo enfrente donde se impartía el curso inicial para ser azafata de vuelo. Ella dudó un segundo, pero finalmente se decidió a entrar y preguntar cuánto costaba el curso. La mujer que la atendió le dijo que el curso de azafata era gratuito porque estaba subvencionado por el Gobierno Balear, pero que para acceder había que pasar unas pruebas de selección bastante duras, que sólo admitían a 15 alumnos por curso y que además había que presentar una tarjeta del INEM certificando que en ese momento el alumno no estaba trabajando y no tenía ingresos. Nuestra protagonista se sintió feliz y esperanzada, ¿sería posible que, al final, pudiera conseguir su certificado de tripulante de cabina de pasajeros? Pero, ¿cómo podría conseguir esa tarjeta del INEM cuando ella sí estaba trabajando y necesitaba sus ingresos para vivir? ¿Cómo podría conseguir compaginar su trabajo a jornada completa con sus estudios de Psicología y el curso de azafata? No sabía cómo lo lograría, pero se dijo a sí misma que encontraría la manera y, habiendo declarado su intención, se puso manos a la obra.
Yo creo firmemente que las personas que declaran con convicción su intención al Universo, aquellas que tienen una certeza absoluta de que van a lograr lo que se proponen, empiezan a experimentar en su vida pequeños milagros que les llevan al destino que han elegido. Y precisamente esto fue lo que le pasó a la protagonista de mi historia, que finalmente averiguó cómo conseguir una tarjeta del INEM que le sirvió: una tarjeta de mejora de empleo, que tenía el mismo formato que la tarjeta que ella necesitaba, aunque no certificaba que ella no estaba trabajando, porque no era cierto, pero que le habilitaba para encontrar otro empleo mejor. Y con esa tarjeta en la mano pudo presentarse a las pruebas de selección de la academia de formación. Pasó las pruebas, fue seleccionada para hacer el curso gratis y ella movió cielo y tierra para cambiar sus turnos de trabajo y poder asistir al curso de tres meses. Respecto a la carrera de Psicología, también tuvo que gestionar sus horarios de prácticas para que no le coincidieran con sus otras actividades y conseguir los apuntes de las clases a las que debía faltar. Fue complicado, muy duro y, sobre todo, fue una época de su vida con altas dosis de estrés. Pero lo logró; finalmente logró completar su curso de azafata de vuelo y conseguir el certificado que tanto deseaba.
La fase siguiente tampoco fue nada fácil; con su certificado en mano, debía encontrar trabajo en una aerolínea, sin tener experiencia previa. Cada fase que atravesamos tiene su propio nivel de dificultad. A veces la vida parece un videojuego en el que nosotros, como protagonistas, debemos ir completando pruebas para subir de nivel y pasar las diferentes pantallas que se nos presentan, ¿te has sentido así alguna vez?
La joven protagonista de la historia de hoy aún tuvo que pasar por muchas entrevistas de trabajo que no resultaron exitosas, también se planteó pedir dinero prestado para viajar a Londres y entrar a trabajar en Ryanair, pero finalmente no fue necesario porque consiguió su primer trabajo como azafata de vuelo en la compañía chárter “Hola Airlines”, con base Atenas, para cubrir el incremento de vuelos que se produjo en el año 2004 a causa de los Juegos Olímpicos. Y posteriormente se incorporó laboralmente a otras compañías aéreas como LTE, Vueling y Air Europa, esta última empresa fue donde más años trabajó y donde consiguió finalmente su anhelado contrato fijo haciendo vuelos de largo radio a otros continentes, el sueño de su vida.
Perseguir un sueño es un proceso frustrante y lleno de dificultades que no siempre sale bien, pero en ese camino aprendemos lecciones muy valiosas que nos convierten en personas diferentes de las que éramos antes de emprender nuestro camino hacia la consecución de nuestro sueño. Adquirimos habilidades, nos hacemos más fuertes y cambiamos nuestras circunstancias. Conocemos a gente maravillosa y alineada con nosotros, y nuestra vida cambia, literalmente. Vivir significa tomar decisiones y hacernos responsables de ellas. Yo te animo a vivir, a perseguir tu sueño sin importarte lo que te digan los demás; recuerda que los demás proyectan en ti sus propias limitaciones, pero eres tú mismo quien decide dónde poner tus propios límites. Así que no te limites, vive.
¿Me cuentas tu historia? Estoy deseando leerla… ¡Buen fin de semana!
Buah! Menkaaaantaaaaaaaa! Y sabes muy bien por que… sabes que yo estoy persiguiendo mi sueño y tu formas parte de él cada día. .. te agradezco tanto!gracias, gracias, agradezco a Zanos cada día por haberte puesto en mi vida …por que estoy empezando a pensar que eres mi ángel. Love you always
Hola me encanto la Roa súper motivadora, yo estoy pensando seriamente en querer ser aermoza xq no hace mucho que ni vida dio un hurón tremendo donde comencé a conocerme mas y escueto entonces entre otras cosas mi pasion por los viajes, me encanta conocer. JEsvas culturas hacer amigos de todos lados soy una persona muy sociable y que tienes todas las ganas de vivir quiero conocer cada párate del mundo ya que solo tenemos una vida y es tan corta, sucede que yo desde un inicio estudie cosas y las fui dejando entre ellas la arribo mía comunicaciones y bueno termine La Carrera de trabajo social aunque no la ejerzo puesto que llevo trabajando como 8 ańos en un banco en el area de operaciones donde brindarlos se egipcios en general a fidfenrges area pero el trabajo en si de rosa mi vida fue el tratar con clientes de todo tipo asi que considero que bronca experiencia en el trato con clientes a todo nivel me encanta viajar viajar conocer salir de la ruina por eso quiero pagarme el curso de tripulante de cabina pero aún tengo algunos miedos como mi edad bueno engordo 28 años estoy acabando el inglés pero igual no cuento con experiencia trabajando en avión de todas formas esta historia me demosotro que nunca es tarde para intentarlo si se trata de perseguir tus sueños ya averigüé un curso dura dos años y puedo estudiar en las noches loq je menpermitira seguir trabajando mientras termino de estudiar muchas gracias
No sólo me ha gustado tu historia. también me ha gustado como la cuentas y algunas cosas que dices respecto a la vida y respecto a la búsqueda del logro de nuestros sueños.
Mi sueño profesional no tiene que ver con los aviones, pero si con contar historias, así que enhorabuena por habernos contado la tuya de una forma tan bonita