Estamos en el siglo XXI, aunque mucha gente parece no haberse dado cuenta de ello y quiera seguir anclada en el siglo pasado. Cada uno es como es, decide ser como quiere ser y no hay nada malo en ello. Sin embargo está claro que, en los tiempos que corren, elementos como internet, las redes sociales, las páginas web y los blogs están adquiriendo cada vez más presencia e importancia en nuestras vidas. Vamos, que están “de moda”, digámoslo así.
El último Máster que he cursado ha sido genial, el Máster de Emprendedores novena edición. Lo terminé en junio de 2016. Hablo de este Máster porque casi todos los ponentes del mismo nos han recalcado la importancia de tener presencia en internet para dar a conocer nuestro negocio, sea del tipo que sea. Hay que estar presente, tienes que ser googleable (significa que, al poner tu nombre o el nombre de tu negocio en Google, debe aparecer), y estoy completamente de acuerdo. Y como yo además me dedico a la música, es decir, que soy artista, pues es casi una obligación para mí aparecer en los medios si pretendo que me contraten para ofrecer actuaciones musicales. Con lo cual, la primera razón para la existencia de mi blog es promocionarme artísticamente.
Pero es que, además de la promoción artística, resulta que yo misma soy el propio producto que promociono… Sé que suena extraño, pero es la pura verdad. Con lo cual yo soy un producto que intento promocionar, y al mismo tiempo soy una persona con mis propias movidas, mis historias locas y no tan locas, mi afán por perder peso cuando tengo una actuación a la vuelta de la esquina, mis problemas existenciales y todos los factores que rodean a un ser humano vivo, que resulta que soy yo misma. ¿Me sigues? Espero que sí, aunque es un poco rayante.
Como aclaración al párrafo anterior, a lo que me refiero es que voy a compartir contigo el que yo llamo mi viaje de vida, con todas sus ventajas e inconvenientes, porque la vida no se compone únicamente de cosas buenas. Sin embargo, de las cosas no tan buenas aprendemos las lecciones más valiosas, lo cual significa, en el fondo, que las cosas aparentemente malas son situaciones buenas disfrazadas de lobo feroz, como en los cuentos de hadas que leíamos cuando éramos aún más jóvenes de lo que somos ahora. Con lo cual, la segunda razón para la existencia de mi blog es poder compartir contigo mi viaje hacia la vida de mis sueños, que va a ser relatada en absoluto directo (es decir, que tanto si consigo vivir de mi sueño, como si fracaso rotundamente, vas a ser testigo en primicia). Y si en este viaje de vida que voy a compartir contigo logro inspirarte, ayudarte en tu propio camino hacia tus sueños o hacerte reír durante un rato, tarea que no es nada fácil, pues este blog habrá cumplido encarecidamente con su cometido.
Por cierto, sé que mi sentido del humor es un tanto peculiar; debe ser por esa mezcla interracial del norte y este de Europa que configura mi genética. A pesar de haber nacido y vivido toda mi existencia en España, dicen que los nórdicos no tienen sentido del humor, con lo que el mío puede que se haya desviado un poquito. Pero te aseguro que es auténtico, no me he tomado nada extraño salvo un vaso de leche hace un par de horas (leche normal, entera, de vaca… aunque hoy en día tampoco podemos estar seguros al cien por cien de la autenticidad de los alimentos que tomamos).
Para terminar, quiero hacer hincapié en que soy una persona increíblemente honesta. Es decir, que me comprometo firmemente en no mentir jamás en este blog y en ser absolutamente auténtica, vamos, que voy a mostrarme tal como soy, guste o no guste (ya sabemos que no podemos gustarle a todo el mundo).
Y, de momento, esto es todo. Fíjate qué maravilla, en un ratito he terminado mi primer post… Todo el mundo tiene un poco de miedo al escribir el primer post de su blog y yo acabo de lograrlo, ¡qué felicidad!
Espero que te haya gustado. Si lo has leído hasta el final, me doy por satisfecha. Recuerda que puedes escribir tus comentarios, dudas y sugerencias justo aquí abajo.
¡Hasta pronto!